Patricia Evangelista, la periodista filipina de Rappler, ganadora de numerosos premios por su trabajo sobre derechos humanos, conflicto y desastres naturales, habló sobre la forma como investigó 26 reportajes de largo aliento, que hacen parte de una serie llamada “Impunidad“. A través de estas historias, Evangelista reveló cómo funciona la política de “mano dura” que el presidente Rodrigo Duterte prometió en campaña e implementó una vez llegó al poder: miles de ejecuciones extrajudiciales de filipinos han sido perpetradas por policías o grupos para-policiales.
El enfoque de Evangelista ha sido contar las historias de las personas detrás de los números, o como lo dice ella: “Mi trabajo consiste en convertir un cadáver en un ser humano nuevamente.”
Sobre la reportería en terreno
Evangelista toma notas de todos los detalles cuando visita la escena del crimen: el color de ropa de la víctima, la posición de un arma, lo que hay en el suelo, dónde hay una puerta, etc. Suele hacer dibujos y se apoya también en las imágenes que hace el fotógrafo que la acompaña.
Registra las conversaciones que hay a su alrededor y los rumores (cualquier persona puede ser una fuente en potencia). Muchas veces ha sido testigo de la reacción de la familia, que recién se entera de la noticia. En ese momento jamás los entrevista, y mucho menos les pregunta cómo se sienten. Simplemente se presenta, les ofrece sus condolencias y les pide un teléfono o dirección para buscarlos posteriormente. “Ese es su momento, no el nuestro”, dice.
Sobre la entrevista
Una vez los familiares de las víctimas o los testigos dan su consentimiento -a veces cambian de opinión y esto hay que respetarlo- hace la entrevista. Lo que busca es que le hablen de manera muy precisa. Les pregunta qué desayunaron la mañana en la que sucedió la ejecución extrajudicial, o cosas concretas que puedan desencadenar un relato temporal y secuencial, paso a paso.
Recomienda ser paciente y flexible. Sus entrevistas pueden durar horas, si así lo quiere y lo permite la persona. Suele volver a preguntar varias veces para ver si hay inconsistencias en lo que llama una entrevista “360”, cuyo objetivo es obtener la información que luego le permita recrear la escena desde todos los ángulos posibles, con la ayuda del entrevistado. No omite información que, por ejemplo, pinte a la víctima en una luz menos favorable: si era drogadicto, hay que decirlo.
Sobre la verificación
Dice que es paranoica con la información, por eso busca verificar y contrastar todo, no con dos fuentes independientes sino con cuatro, en lo posible. Compara testimonios que ha recabado con informes policiales, y busca ayuda externa de expertos para analizar y corroborar también lo que dicen los informes, o los análisis criminalísticos.
No publica sin tener el testimonio de la contraparte (aunque sean policías o para-policías). Siempre les hace todas las preguntas, para que las partes implicadas no se lleven sorpresas cuando lean la historia final. Si la fuente o persona decide no hablar, les pide un “recibido” de su petición para hacer una entrevista.
Sobre la protección
Evangelista dice que su salud mental depende de su seguridad física, así que, primeramente, toma medidas para trabajar de manera segura. Recomienda los recursos y opciones que ofrece el Dart Center. Trata de estar consciente y alerta de cómo se está sintiendo, porque lo primero es reconocer si algo no está bien. Se recuerda a sí misma que, aunque los testimonios de otros la pueden afectar, son las víctimas quienes están sufriendo mucho más.
Toma tiempo aparte para descansar y distanciarse de las historias. Se entretiene con otro tipo de temas, que no tienen nada que ver: Star Treck, por ejemplo. No ve películas violentas y lee libros que tengan finales felices. “Y también fumo mucho”, admite.